viernes, 10 de mayo de 2013

EL NIÑO, SU CENTRALIDAD Y SUS DERECHOs


   Después de ver la exposición realizada por las compañeras, estuve investigando  porque considero que éste es un de gran importancia.

   En mi futuro docente, trabajaré con niños de características diferentes y tendré que estar preparada para cualquier situación que pueda ocurrir.

   Por desgracia, en la actualidad hay multitud de noticias de abusos o maltratos a niños. Y la realidad es que los niños, como todo ser humano, tienen una serie de derechos que hay que respetar.

   Todos los niños menores de 18 años tienen derechos sin distinción de raza, sexo, religión o procedencia.

   La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) aportó una nueva visión de los niños como sujetos de derechos, que antes no existía. Los derechos de la infancia se basan en cuatro principios fundamentales:
·         La no discriminación: todos los niños tienen los mismos derechos.
·         El interés superior del niño: cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para el niño.
·         El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a vivir y a tener un desarrollo adecuado.
·         La participación: los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a que sus opiniones sean tenidas en cuenta.
Aunque todavía quedan muchos retos pendientes en lo que a cumplimiento de derechos se refiere, en los más de 20 años transcurridos desde que se aprobó la CDN se han logrado logros importantes en diferentes ámbitos.

   A continuación, muestro uno de los múltiples ejemplos de noticias de abusos en la infancia.

Una experiencia real: Intervención en un caso de abuso a menores
Antecedentes:
Durante el desarrollo del Mes Municipal de los Chicos y sus Derechos en Villa Gesell año 1996, se trabajó en todas las escuelas con la Declaración de los Derechos del Niño, con el apoyo de la Cartilla compilada por Virginia Casas y editada por la Dirección de Cultura de la Comuna de Villa Gesell.
La actividad consistía en elegir un derecho y realizar un dibujo.
En una de las escuelas llamó la atención el dibujo de una niña.
Nótese lo dramático de la figura: una mujer herida
es perseguida ante una comisaría por un hombre armado con un cuchillo

Comenzó entonces la intervención de los equipos con el apoyo de la Asesoría Legal de la Municipalidad.
A partir del relato de la menor "Rosa", se confirma que su hermana "Marta" también era abusada por su padre.

Presentación del caso:
En este caso, la madre de las menores fue víctima de abuso sexual al igual que su hermana, por parte de su padre biológico, desde temprana edad.

Estuvo internada en un Instituto hasta la mayoría de edad.

El padre de las menores involucradas en este caso fue víctima de violencia doméstica desde temprana edad.

Ambos contribuyen a la estadística que demuestra que:
·         1. La víctima varón de violencia doméstica a temprana edad, repite la identificación con el padre/poder, y actúa como abusador en sus vínculos de pareja y con sus hijos.
·        2.  La víctima mujer de abuso sexual a temprana edad repite el modelo identificatorio con su madre/no poderosa (no impide el abuso) y es madre de niñas abusadas sexualmente por su pareja.

Los menores víctimas de abuso sexual y/o violencia doméstica piden ayuda -explícita o implícitamente- a través de conductas atípicas que pueden ser detectadas en la escuela.

La hija mayor en este caso concreto ("Marta"), comenzó a ser abusada a la edad de 8 años: repitió 3º grado en una escuela del Gran Buenos Aires, y nunca más pudo mejorar su rendimiento escolar. Su conducta en general es retraída, apática y carente de vitalidad.

La otra hermana ("Rosa"), víctima de abuso, comenzó a manifestar retracción y desinterés por las cosas.
Su pedido de ayuda comenzó con un dibujo y la elección de un derecho ligado con su problemática (Actividades del "Mes Municipal de los Chicos y sus Derechos").

El pacto de silencio de las menores abusadas no se rompe porque está instalado en la desvalorización y la culpa que sienten las víctimas, por ejemplo dijeron: "no hablé con mi mamá porque mis hermanitos no van a tener qué comer", "no dije nada porque tenía miedo a que mi papá se enojara".

   A su vez esta situación se ve exacerbada por la conducta perversa del abusador, esta actitud manipuladora se grafica en la frase del padre de las menores: "no digan nada porque voy preso y no me banco la cárcel".
El registro inconsciente de la madre de las niñas sobre la situación irregular en su casa, la lleva a pedir ayuda a la escuela porque: "mi hija está cambiada".

   Parafraseando a Freud: este "destino de fracaso" que patentiza la casuística se convierte en una vía de reflexión privilegiada, porque no existe salud mental cuando una persona no puede amar ni trabajar.
Entonces, en nuestra tarea cotidiana debemos estar conscientes que al ver a un niño golpeador, o una nena sumisa e incapaz de relacionarse, una que deja de estar conectada a sus pares o bien uno que llora sin motivo, probablemente estemos frente a futuros seres de no-amor y no-trabajo/creación.

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